Texto y Fotos Oliver Coronado Paz
En los rostros se tatúa la tristeza y la indignación; en la voz que grita consignas, valor y exigencia; en los pasos que andan sobre el asfalto ardiente, firmeza ante la incertidumbre. Estos fueron los elementos vivos de la llamada “Caminata por nuestros Desaparecidos”, en la que madres y familiares de personas desaparecidas, así como amistades y ciudadanos empáticos con la causa, marcharon por la conocida Calle Real de la ciudad de Orizaba, el pasado 10 de mayo.
Con el grito de reclamo a flor de piel, y sorteando el fortísimo sol de primavera, las más de cincuenta personas que caminaron en esta actividad, no solo detuvieron el tránsito vehicular, sino también la mirada y, seguramente, los pensamientos de las y los ciudadanos que observaron su paso delante de ellos; una pausa dentro del ajetreo común que trae consigo el “Día de las Madres”; una pausa que, a juzgar por sus expresiones, no esperaban hacer en el mentado día que supone para ideario mexicano, alegría y regocijo; una pausa que, al parecer, sacudió algunos corazones.
“Te extraño más que nunca y no sé qué hacer”, se escuchaba cantar a Marco Antonio Solís a través de unos altoparlantes acondicionados a una motocicleta, cuando las voces de las madres de los desaparecidos tomaban un breve descanso de las consignas; adhiriéndose no solo a la letra de la canción sino, sobre todo, a la emoción que esta obra musical transmite: “No hay nada más difícil que vivir sin ti”.
Y la melodía se hincaba más profundo en esta ocasión, pues las fotografías de la exposición “Una madre nunca olvida”, del fotógrafo Daniel GM (que captura en modo de retrato el dolor que viven por la ausencia de sus hijos), también se hicieron presentes durante la caminata, en manos de las madres, quienes se abrazaban a las maderas negras que enmarcaban los retratos como para tomar fuerza y seguir andando; sí en la marcha de ese día, pero a lo mejor también en el diario caminar de la búsqueda.
A lo largo de su recorrido, desde el parque Bicentenario, de la poniente 7, y hasta el parque López de la calle sur 9, acompañando el caminar de los familiares y asistentes, por los aires, se veía globos blancos rotulados con los nombres de las y los desaparecidos; así como decenas de fotografías impresas en grandes lonas, que reproducían las fichas de búsqueda de los mismos; esas con las que el Colectivo de Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, da inicio pronto a su protocolo, vía redes sociales, una vez que se es notificada una desaparición.
Ya en el parque López de la ciudad de las Aguas Alegres, justo frente al monumento a la Madre, en círculo se apostaron los participantes, para dejar en el centro del mismo las lonas con las fotografías de los jóvenes buscados; para hacerles centro del momento; para hacerles presentes allí en medio de todos y realizar el pase de lista acostumbrado que menciona el nombre de cada uno; pase de lista que en esta marcha fue más largo, puesto que una vez que Eloísa Campos, integrante del colectivo, terminara de pronunciar los nombres de las y los desaparecidos que tenía registrados en sus hojas, al menos diez nombres más se escucharon pronunciar de entre los presentes, quienes aprovecharon el momento para que sus hijos desaparecidos, también se les recordara. Estos nombres, a invitación de Aracely Salcedo Jiménez, coordinadora de la mencionada agrupación de búsqueda, fueron integrados al colectivo una vez terminada la actividad.
El reloj estaba rebasando apenas las 14:00 horas, cuando, para finalizar este memorial en el icónico parque orizabeño, resonó con fuerza y sentimiento la frase que se ha convertido en grito de guerra de los familiares de Desaparecidos en la región: “Porque la lucha por un hijo no termina, y una madre nunca olvida”, al paso que las decenas de globos rotulados emprendieron el vuelo al ser soltados de las manos de las familias, en un emotivo momento para los presentes.
Cabe recordar que en México, según cifras Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas reveladas en el pasado mes de abril, se tiene registro de al menos 98 mil casos de personas desaparecidas; de las cuales aproximadamente 3 mil de estas desapariciones sucedieron en este 2022
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