“Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica ”.
Salvador Allende
El movimiento ardiente del 2 de octubre de 1968 fue una explosión con antecedentes dados por la acumulación del capital social de jóvenes antecedidos por el movimiento estudiantil poblano.
La Universidad Autónoma de Puebla, a fines de los años 50s, representaba un atractivo para los jóvenes de estados vecinos. Tlaxcaltecas, poblanos, veracruzanos buscaban oportunidad en sus aulas del edificio El Carolino, las cuales contenían a una población tan creciente que había clases con cupos cercanos al centenar de estudiantes. Esto generaba que la población poblana, en su mayoría tradicional y conservadora encontrara una mixtura ideológica, con estudiantes varios, hijos de campesinos, obreros y profesionistas nacidos a inicios de los 40s.
Ante la creciente demanda por la mejoría de la estructura universitaria, la comunidad buscaba mejores recursos que no llegaban, ya que dependía directamente del gobernador de Puebla Fausto Manuel Ortega, por lo que la autonomía era una demanda del sentir escolapio poblano, además de la falta de gratuidad, y la presión que varios estudiantes tenían por catedráticos, que los obligaban a acudir a misa dominicalmente. Así la olla exprés aumentaba la temperatura y hacia 1961 estalla el movimiento estudiantil poblano, cuyo objetivo de lucha fue institucionalizar una universidad laica y gratuita, y lograr la autonomía real universitaria.
Sin embargo en esta lucha, los estudiantes liberales encontraban oposición por fuerzas conservadoras y de derecha poblana, que asociaba al movimiento con el comunismo, anticlericalismo y una franca oposición al Partido Revolucionario Institucional en el poder.
Pero los estudiantes estaban divididos, y el 5 de abril de 1961 se postulan dos corrientes opositoras para la presidencia de la dirección de la Federación de Estudiantes Poblana, la corriente estudiantil liberales postula al alumno de Ingeniería Civil Enrique Cabrera Barroso, y la conservadora al estudiante de derecho José María Cajica, quien gana la presidencia en medio de conflictos. Días después, el 17 de abril, los estudiantes liberales se manifestaron en el zócalo poblano para repudiar la invasión norteamericana a Cuba, mostrando su simpatía socialista. En esta, la policía los encierra entre calle y calle y los golpea. Lejos de desanimar, el movimiento estudiantil crece, motivado por varios de ellos simpatizantes guevaristas, AJEF (pre-masones), comunistas y metodistas. Pero el conflicto empeora y la oposición estudiantil conservadora estimula un ambiente hostil. Así el 27 de abril, el rector Armando Guerra declara suspensión de clases. Alumnos de otros institutos apoyan a los liberales convocando a huelga. El 1 de mayo, los estudiantes liberales toman el edificio de la rectoría “El Carolino” exigiendo la renuncia del rector, quien tras dialogar, asegura que desistiría al gobierno pero no lo hace, y así el 9 de mayo el Comité Estudiantil Poblano nombra por de facto como rector al doctor Julio Glockner Lozada; siendo llamados los disidentes como “Los Carolinos”. La represión del Estado creció encarcelando a varios estudiantes, entre los que sobresalieron los líderes: Zito Vera (Medicina), Enrique Cabrera y Arturo Guzmán (Ingeniería). Así el apoyo nacional estudiantil y juvenil se desató para presionar a que el gobernador desistiera de hostilidades. Varias instituciones demandan, pero sobresale la huelga nacional de normales, curiosamente propiciada por la Juventud Revolucionaria del PRI, cuyos varios integrantes eran premasones AJEF.
El gobernador militariza la ciudad y era disuelta cualquier reunión de más de 3 jóvenes en la vía pública. Las hostilidades continuaron, pero la presión por la autonomía y laicidad presionando políticamente que se logra erogar la Ley Orgánica de la Universidad y así la elección como rector al liberal Dr. Manuel Lara y Parra en febrero de 1963, y con ello el cesar del conflicto. En este capítulo los estudiantes ganaron, creciendo como una sociedad de impulso al cambio social.
Hacia 1963 asume la gubernatura de Puebla Antonio Nava Castillo, un militar avilacamachista que emprendió una política de “orden y progreso” que buscó la industrialización poblana a costa de los derechos ciudadanos. Generando descontento, su gobierno expropiaba terrenos rurales para facilitarlos a la nueva burguesía industrial, reprimía policiacamente e imponía impuestos. La tensión política aumentó cuando en enero de 1964, la Alianza Camionera subió el pasaje de 25 a 30 centavos, apoyados por el gobernador. En su lógica progresista, Nava Castillo implementó por ley la pasteurización de la leche en agosto de 1964 que prohibía la venta de lecheros en la calle, además les bajaba el precio y los obligaba a contratar servicios de las nuevas industrias pasteurizadoras. Así los lecheros pidieron apoyo a los estudiantes quienes motivaron la manifestación, las cuales eran reprimidas violentamente por el gobernador. El 14 de octubre de 1964 la violencia recrudeció y levantó el apoyo de la sociedad civil. En alianza se
generó una huelga estudiantil. Así la protesta contra la Ley de Pasteurización se amplió ahora pidiendo la renuncia del gobernador, medida ahora apoyada por el rector Manuel Lara. 4 días después se hizo la gran manifestación contra el gobernador, integrándose a ella comerciantes, colonos, campesinos y ciudadanos juntando un aproximado de 70 mil personas, pero la protesta del 23 de octubre se calculó en 230 mil. La presión estudiantil - ciudadana logró que el presidente Adolfo López Mateos retirara el ejército de Puebla y con ello el siguiente hecho: la renuncia de Nava Castillo el 30 de octubre de 1964. Otra vez más, una nueva batalla de los estudiantes ganada.
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*El autor es Médico y Sociólogo, Académico e Investigador del Colegio Mexicano de Sociología.