A través de un comunicado de prensa la Diócesis de Saltillo informó que su obispo titular, Monseñor Raúl Vera, reconocido defensor de derecho humanos a nivel internacional, fue objeto de hostigamiento por parte de elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), el pasado 11 de julio en el estacionamiento del aeropuerto de la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
El documento relata que el obispo fue intervenido por dos militares, que portaban arma larga, cuando se encaminaba a su vehículo después de aterrizar en la ciudad del norte del país. El prelado se percató que los uniformados se dirigían específicamente hacia su persona, para realizarle varios cuestionamientos.
“¡Es usted el padre o … algo más que un sacerdote?”, fue la primer interrogante lanzada por los soldados quienes, según detalla el comunicado, ya tenían registrado el nombre de monseñor Vera en una libreta de anotaciones; lo que fue corroborado por el obispo cuando fueron ellos quienes se lo leyeron. La entrevista, que fue contestada en su totalidad por el defensor, continuó en la línea de conocer hacia donde se dirigía después de salir del aeropuerto.
Extrañado por el comportamiento de los militares, el sacerdote pidió una explicación y tan sólo recibió por respuesta un “solo es por su seguridad”.
Todo lo anterior, relata la Diócesis de Saltillo, fue reportado por el hostigado a las autoridades federales por la noche de ese mismo día, resaltando que dichos actos “denotan un claro hostigamiento” en contra del activista. La mañana de este 12 de julio, el Secretario de Seguridad Pública Alfonso Durazo pidió disculpa a monseñor Vera por lo que llamó un “error”. “Fue un lamentable error de nuestra gente. No están ahí para eso. Su función es custodiar las instalaciones para garantizar la seguridad”, escribió el Secretario al prelado.
Por su parte el general Jens Pedro Lohmann, comandante de la Cuarta Región Militar de la Defensa Nacional con sede en Nuevo León expresó al obispo Vera que sus elementos se “excedieron en sus funciones”.
El comunicado también recordó que en el año 2006, justamente el 11 de julio, en el territorio de la Diócesis de Saltillo, se suscitaron hechos de extrema violencia física y sexual en contra de mujeres por parte de elemento del ejército mexicano. Estos hechos fueron denunciados Raúl Vera y su equipo de defensoría de los Derechos Humanos, quienes acompañaron durante el proceso a las víctimas; por lo que toman el actual acontecimiento como un mensaje para decir que el ejército “no olvida”.
Para finalizar, la asociación religiosa manifiesta que estos hechos hacen “reconocer que el estado de represión inminente que la población en general está viviendo por parte de los elementos de distintas corporaciones de seguridad”. Y remató diciendo “no vamos a quedarnos callados. Sus acciones violentas nos unen más como pueblo y sabemos que debemos estar alertas”.