No, Cuitláhuac, te estás equivocando. Tu trabajo no se hace “fugándose” y escondiéndose en vehículos de tus “amigos” y por la puerta trasera. No se hace condicionando tu atención, tu presencia, a tus intereses. No se hace mandando emisarios a dar tus mensajes. Tu trabajo, ese por el que te pagan mucho, mucho más de lo que a cualquiera de los ciudadanos y ciudadanas de a pie; ese por el cual anduviste pidiendo (desde hace varios años) que se te apoyara en las urnas bajo promesa de bienestar; ese trabajo se hace DE FRENTE, CON EMPATÍA AL DOLOR, CON CERCANÍA, SIN MIEDOS, SIN TRAICIONES. Ese bienestar que te ufanaste en profesar por todo Veracruz para que cruzáramos el logo de tu partido, ese solo se consigue estando de lado de quienes están sangrando el alma todos los días; para entenderles, para sentir lo que sienten y entonces, cumplir tu palabra; esa que hoy, en Orizaba, quedó claro, rompiste y traicionaste hace mucho.
Hoy, tuviste el valor, Cuitláhuac, de subirte descarada e indolentemente y por enésima vez en un año, a ese pedestal inalcanzable en que vivían esos políticos de “antes”; esos que tanto has criticado y en los que te has excusado para no presentar resultados de tu trabajo. Hoy te subiste a ese pedestal para recordarnos, a los ciudadanos, que a los gobiernos (sin importar sean azules, rojos, o vino) no les interesa el pueblo. Hoy le enseñaste a los veracruzanos que tu forma de atender al pueblo es “huyendo”.
Hoy al condicionar la entrada a las familias de víctimas de desaparición a la reunión(1) que tanto te han exigido y que tanto has postergado, solo muestras tu indolencia, tu insensibilidad y tu ignorancia sobre el tema de desaparecidos; tema que te sirvió de “parapeto” hace un año en tu toma de posesión cuando simulaste te interesaba; cuando anunciaste la falsa “Declaratoria de Programa Emergente por Crisis de Violaciones de Derechos Humanos en Materia de Desaparición de Personas”(2), esa que hasta hoy no tiene ni un solo resultado.
Muy por el contrario, las condiciones de violencia por desaparición de personas, en el estado de Veracruz, siguen creciendo; siguen lacerando a las familias (muchas por las cuales de seguro estás en el puesto que ostentas); siguen haciendo más grande la fosa profunda y clandestina en la que se ha convertido Veracruz, y tú, con tu pasividad, con tu falta de valor al gobernar, con tu “valemadrismo” ante el dolor de las víctimas, estás ayudando a cavar, te estás ensuciando las manos al igual que los perpetradores. Y, por lo visto, NO TE IMPORTA.
Sigues demostrando tu falta de empatía con los grandes males de Veracruz; porque actos como los de hoy delante de las familias de desaparecidos en Ixtaczoquitlán, donde te negaste a dialogar si las integrantes del Colectivo de Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba estaban presentes, nos recuerdan tu ya clásica forma de minimizar el dolor. ¿Recuerdas cuando pediste no “exagerar” por feminicidios?(3), porque la sociedad no lo olvida.
Cuando niegas el dialogo a quienes, a pesar del dolor, de la indignación, de la desesperanza, han unido fuerzas y corazón para hacer el trabajo que las autoridades tendrían que hacer, devolviendo ya en muchos casos un poco de paz a los hogares veracruzanos, estás menospreciando no solo la experiencia en el tema de desaparecidos, sino el dolor mismo de las víctimas y te vuelves, a la vez, cómplice de los victimarios, creando un sendero más cruel que se aleja de la justicia.
Cuitláhuac eres, por si no lo recuerdas, Gobernador del Estado de Veracruz; gobernador, según tu slogan de informe de gobierno, de la “Primera Vez”(4), pero te pasas repitiendo los cinismos de tus predecesores.
Cuitláhuac, ¡TE ESTÁS EQUIVOCANDO!