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EL “TRIUNFAL” REGRESO DE LA POLICÍA DE ORIZABA Y EL DEBER CIUDADANO

Por Oliver Coronado Paz

Foto extraía de video en Facebook Oficial de Secretaría del Ayuntamiento de Orizaba


Regresó a sus funciones la #PolicíaMunicipaldeOrizaba [1]. Regresó con “bombo y platillo”. Regresó cual rey victorioso de la guerra, departiendo por las calles del reino (o en este caso #pueblomágico). Cual ejército vencedor entrando por los umbrales de la nación, regresaron los miembros de la cuestionable organización. Gallardos y altivos, un tanto engrandecidos se les vio por la ciudad (sí, un poco más que antes)[2], cobijados por sus protectores: la élite del comercio, la cámara de comercio local.


Así regresaron; muy distintos, completamente distintos a los policías del pasado 13 de febrero que, aterrorizados, se “acuartelaron” a lodo y piedra en el palacio del pueblo; guarecidos detrás de las espaldas del alcalde Igor Rojí, quien (¡cosa rara en él!), sacó sus garras de “tigrillo” para tratar de evitar un posible atropello policial. Y claro que tenían razón; tampoco es que no conozcamos los métodos de “hacer justicia” de la otra corporación.


Por supuesto llegaron de regreso diferentes a aquella fecha, que ahora está en los libros de historia orizabeña (ojalá la siguiente edición del libro oficial de esa historia lo contemple), pues se sienten más seguros que antes: Hoy tienen una “acreditación” extra que colgarse en el cuello[3], que guardarse en el bolsillo[4]. ¡Qué bueno por ellos! Pero por desgracia eso nunca ha sido garantía para el ciudadano o ciudadana “de a pie”; aquel común y corriente, como Usted y como yo, que no pertenecemos al grupo privilegiado de amigos de la alcaldía. “Pa’cabar” pronto: para los que no somos empresarios o comerciantes integrados a la cámara local.


A las y los ciudadanos en general las acreditaciones, certificaciones, exámenes de confianza no nos han servido de nada útil. Para lo único que han “funcionado” es para que los integrantes de esta policía deambulen (o viajen en sus patrullas) más altivos, más confiados de poder hacer lo que les venga en gana en contra de las y los ciudadanos: de los ambulantes, de las y los indígenas, de los “malvestidos” jóvenes “sospechosos” (según su corto criterio), etcétera; Usted conoce suficientes historias y sabe de lo que hablo.

Y sí, seguramente me dirá, querido lector, estimada lectora: “Siempre están con lo mismo”, o, tal vez al mismísimo estilo del Señor Presidente defendiendo a un presunto violador durante la mañanera: “Ya chole”.


La verdad es que tiene razón: Volvemos al mismo tema; volvemos a hablar de los casos que hemos mencionado hasta el cansancio. ¿Y sabe Usted por qué el empeño?: Pues porque son temas que no han concluido como debe de ser: ¡con mera y llana justicia!; una justicia que se debe obtener desde la ley, y esa, Usted lo sabe bien, se ha quedado lejos de llegar a las casas de las víctimas de estos individuos que, según dicen ahora, son de confianza.


Lo que toca a los ciudadanos en estos tiempos, en estas condiciones en donde impera la ausencia de justicia, es algo muy simple: mantener la vista bien firme en estos servidores públicos, en estos ciudadanos que deben trabajar para el pueblo y no para los grupos privilegiados de la ciudad; pasarlos bajo la lupa y recordarles constantemente que se les ha dado otra oportunidad más; recordarles que el pueblo no olvida; y no por rencor, sino para que en cuanto quieran volver a las antiguas prácticas que hasta hace no mucho seguían realizando, enmienden y hagan el trabajo para lo que fueron contratados y para el que dicen sí están capacitados.


El único aval que vale realmente para cualquier funcionario es el que le dan los ciudadanos, esos que mencioné arriba, los “de a pie”. Y ese aval deben ganárselo a pulso, sudando por el pueblo, “muriéndose” en la línea por defender los intereses (en este caso la seguridad) de los más desprotegidos, y no únicamente de un grupo de “poderosos”.

Si la Policía Municipal de Orizaba es de confianza debe estar en duda hasta que lo demuestren con hechos en concreto; hasta que sean capaces de respetar los derechos humanos de cada individuo con el que se atraviesan. Cuando muestren más que acreditaciones colgadas, seguramente, en la Comisaría municipal. “Obras son amores y no certificaciones.”

[1] https://www.elsoldeorizaba.com.mx/local/regresan-elementos-de-policia-municipal-a-cuidar-de-orizaba-elementos-pasan-pruebas-de-confiabilidad-ssp-6548293.html [2] https://www.facebook.com/secretariaorizaba/videos/544579346513729 [3] https://www.diarioelmundo.com.mx/index.php/2021/01/03/acreditan-a-academia-de-policia/ [4] https://www.alcalorpolitico.com/informacion/inspector-de-la-policia-de-orizaba-encontrara-equipo-certificado-juan-ramon-herebia-181863.html#.YG5jAOgzbIU

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