Por Oliver Coronado Paz
“No, pues ya tiene como veinte días que no tenemos”, me responde un vecino de la congregación Vicente Guerrero, del municipio de Río Blanco, Veracruz, al preguntarle hace cuánto no tienen servicio de agua en dicha congregación. Y la pregunta venía al caso por encontrarnos ambos haciendo fila frente a una pequeña llave de agua en el parque Alameda de ese municipio. Ambos, junto a más personas, esperábamos turno delante de la “llavecita” con el objeto de abastecernos del vital líquido, que dejó de llegar a nuestras viviendas hace ya varios días; a la de un servidor, en la colonia centro, al menos desde el pasado viernes 3 de julio.
Las familias llegan a ese punto con aquello creen les sirve para juntar “algo” de agua: tambos, garrafones, cubetas, jarras e incluso, alguno más aventurado, un tinaco de 250 litros, transportado en una camioneta; y llegan de diferentes colonias aunque eso represente viajar algunos kilómetros. Seguro usted, amable lector, comprender muy bien esta situación y, me atrevo a decirlo: esto mismo o más haría usted para no dejar a su familia sin agua.
Quien no parece entender esto es la oficina de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV), de este municipio, quien no ofrece, ni siquiera, información acertada respecto a la falta del líquido. El pasado martes 7 del presente, quien estas letras escribe acudió a dicha dependencia a consultar la razón de la falta de abastecimiento. “El problema ya está resuelto. Había un desperfecto en la bomba de “Las Doncellas”[1], pero ya quedó; esperamos mañana (miércoles 8) se regularice el servicio”, fue la contestación de la secretaria de la CAEV, aunque ni al otro día, ni al siguiente, ni al otro, el agua llegó; como tampoco llegó la solución que ese mismo día ofrecieron a este escribiente: una pipa que abastezca provisionalmente.
Y por supuesto que no iba a llegar la pipa, a pesar de haber tomado los datos de un servidor, pues, se conoció posteriormente, ese servicio es atendido solamente por una unidad; una unidad que debe recorrer cientos de calles y casas de todas las colonias sin agua. Es un hecho: las soluciones ofrecidas por la autoridad son ineficaces para el tamaño del problema; problema que se complica al estarlo viviendo en medio de una pandemia sanitaria, donde la medida principal de prevención es la limpieza. No está de más recordar que Río Blanco, se pinta de rojo en el semáforo COVID-19, que se puede consultar en la web que el Gobierno del Estado ha dispuesto para ello[2].
Cuando se busca un poco más de información acerca de las posibles causas del desabastecimiento, lo único que se puede encontrar, es en la página oficial de Facebook de la dependencia, donde se menciona que debido a una tormenta acaecida el 6 de julio, se realizaron trabajos de limpieza a la bomba abastecedora. “(…)Ya que el caudal pluvial llevaba residuos de maleza y lodo lo cual obstruye el buen funcionamiento de la misma. Y estaremos dando el servicio por medio de la pipa”, puede verse en el post realizado a las 18:38 hrs., de la fecha arriba comentada; información que llega a los usuarios, después de al menos 3 días de desabastecimiento en las colonias del centro de la ciudad, y quince para colonias de la congregación Vicente Guerrero, según lo comentado anteriormente. Cabe decir que, hasta el momento de escribir estas letras, el post referido, es la última publicación que la oficina ha emitido por esa vía.
Y, por favor, ni siquiera intente comunicarse al número telefónico de la oficina CAEV en Río Blanco, porque puede que le suceda una de dos cosas: 1) Alguien atienda la llamada y en el momento que usted pregunte el porqué de la falta del servicio, “mágicamente” la línea se corte, o 2) Marque el número en repetidas ocasiones y días distintos, y siempre, siempre, siempre, la línea se encuentre ocupada. Amable lector, usted sea, quien saque las conclusiones; y si quiere intentar el número telefónico es 7270124 (según se lee en el perfil de Facebook), y si algo diferente pasa, no deje de avisarnos.
Lo único cierto que podemos deducir de esta situación, es que la ineficiencia en resolver crisis de esta índole es lo que prevalece; seguro será por falta de recurso económico; o la ausencia de los materiales necesarios para dar mantenimiento; o la incapacidad directiva de prever las crisis; o la poca habilidad administrativa de gestionar soluciones ante altos mandos; o la ineficiencia al comunicarse con los usuarios; o mil argumentos más.
Por desgracia, no importa cual es la respuesta al porqué aun no se abastece el vital líquido; lo que importa es que los días pasan y no hay soluciones, lo que, como seguro usted entiende, agrava cada vez más el problema. Lo que importa tanto en este caso, como en muchas de las crisis que se viven, sí en Río Blanco, pero también en todo el Estado y el País, es que quien siempre paga por estas ineficiencias o falta de capacidades, es el ciudadano común y corriente, aquel que tiene, en este caso, ponerse a acarrear sus cubetas o garrafones, para resolver algo que le corresponde a una autoridad específica; autoridad que en la teoría debe ser experto en la materia, y debe tener los recursos, materiales y humanos, para enfrentar estas crisis. Por lo visto, no es así.
[1]El Ricón de las Doncellas, Manantial que abastece este municipio, ubicado en la ciudad de Nogales, Ver. [2] http://coronavirus.veracruz.gob.mx/mapa/
Comments