ALITO AL RESCATE... NUEVAMENTE

Por Oliver Coronado Paz

De nueva cuenta el #PRI salva al grupo de poder. Si alguna vez lo rescató de fallar en obtener los votos para alguna reforma, hoy le lanza esa soga que andaban necesitando para salir del fango del escándalo; ese fango en el cuál se han ido hudiendo por ostentosos y descarados.

La trifulca entre Alejandro Moreno (#Alito) y Gerardo Fernández #Noroña, me sabe (posiblemente por mi maliciosa forma de pensar) a caja china, a cortina de humo, a chupacabras moderno, en el que se necesita un tirano villano para que la víctima reciba la compasión popular... esa donde no se permite la crítica y en la que se borran los pasados oscuros del ofendido.

Me sabe (repito tal vez porque soy intrigoso) a teatro de seudotragedias, en el que detrás del telón los protagonistas se abrazan y presentan sus respetos por la genial actuación.

En esta trama políticomexicana en que el surrealismo es parte inherente, Alito ha sabido jugar su papel público de villano gritando y ofendiendo a la oposición, pero también ha abrazado el papel (no de manera tan pública) de cómplice y compañero cuando después de "hacerse del rogar", hace que toda su bancada se doblegue a la voluntad Morena votando a favor de todo aquello en lo que decían no estar de acuerdo.

El juego de villanos, víctimas y héroes es un script popular entre los actores de política nacional. ¿Qué hubiera sido de Fox sin Salinas ni Zedillo? ¿Qué de Calderón sin el viejo PRI? ¿O de AMLO sin Peña, ni Calderón, ni Fox, ni los medios "conservadores", ni...?

Y, ojo, nadie dice que de verdad estos personajes no hubiesen sido villanos (sobre todo y principalmente para el pueblo mexicano); eso ya lo sabemos de sobra. Su paso por el poder nos ha dejado en el hoyo sangriento, violento y precario en el que estamos.

Nadie dice que Alito no sea barbajan, ni violento ni corrupto; eso ya se ha revelado hace mucho pues, como diría el poeta del pueblo Alberto Aguilera: "lo que se ve (y se ha corroborado) no se cuestiona".

Pero tampoco es decente que quieran presentar a Fernández Noroña, hoy después de verse descubierta la hipocresía discursiva y de vida, como un ente plagado de inocencia y, sobre todo, como una víctima...porque que en México, si algo sobra, son víctimas.... y ninguna está sentada en una curul...

Claro que los actos violentos (en cualquier sitio donde sucedan) son condenables y deben deben tener consecuencias, y más si estos actos forman parte de estrategias más mediáticas que políticas, para limpiar la suciedad de la cara de los que se han aprovechado del hastío y la esperanza de la gente, para apoderarse del poder y vivir, ahora, como los reyes que antes criticaban y escupían.

¡No!, que el teatro político no desvíe nuestra atención de las verdaderas necesidades del México doliente; esas que todos, pero sobre todo estos teatreros, estamos obligados a resolver de una u otra manera: la violencia sistemática, la pobreza perpetua, la inexistencia de justicia para las víctimas, la desaparición diaria de personas, la paz social.

P.D.1. Qué no se olvide la casa de 12 millones de Noroña. ¿Realmente le alcanza con su sueldo y su sueño de influencer?

P.d.2. Cuándo hagan sus puestas en escena, compartan el guión con sus colaboradores, para que éstos esten preparados para recibir los chingadazos y no terminar de carne de cañón de gente como Alito, Rubén Moreira, Eruviel Ávila y Carlos Mancilla.

P.D.3. ¿Cuándo será el día que nos organicemos como sociedad para arrebatar el poder a burdos violentos como Alito y sus secuaces (de todos los partidos)?